viernes, 11 de julio de 2014

Juan Ramón Ortiz Galeano




Juan Ramón Ortiz Galeano
Nací en noviembre de 1975; el 23 de diciembre del mismo año, con 21 días de vida, sobreviví en brazos de mi madre al ataque conjunto del E.R.P. y Montoneros contra el Regimiento 601: supongo qué sirve como anécdota...

Yo esgrimo la pluma que corta.
Indaga en tu inconsciente y develarás a tu asesino.

[Poema 1: “De la patria Sangrante y la Aldea Enloquecida.
Poemas 2; 3; 4: “Los Arrebatos del Epígrafo”]

Twitter: @OrtizGaleano






1
El Círculo de la Patria Sangrante

“Se encontró dormido en la costa
donde había un cangrejo muerto
que lo miraba atentamente
reprochándole su pereza”
Enrique Molina


Mientras el Guerrero se gesta en un limbo dormido,
las chimeneas agotan el oxígeno
de jóvenes abuelos de nietos no nacidos,
y el metal extraído de los mares talados
resuena en cajones de gruesas bóvedas,
donde el oxígeno importa poco
y los ríos han dormido billetes helados.

Mientras adormecido remolonea en el fango,
bajo la sombra del Árbol Fantasma,
en espera de un sueño que le muestre
el derrotero hacia la espada en las ruinas
y la coraza contra la baba de los Cuervos cuadrúpedos,
los anillos dorados de los Perros-buitre
destellan sobre su cabeza como luciérnagas muertas,
acrecentando el fango con más flores del oriente
que desploman sus sombras en el brillo, y mueren.


(“De la Patria Sangrante y la Aldea Enloquecida)





2
Sin ti escribo, contigo me aburro,
¿te has ofendido?

“Despréciame. Imagíname convertido en una ruta gris,
sucia, babeante, con las tripas esparcidas
en un charco de lágrimas”.
Blas de Otero

“Y pronto empezaste a ser un recuerdo
y nada de lo que me gusta extrañar
Indio Solari


Alcanzado por el fuego lento de tu cordura,
de tu aprobación y tu cariño: no funciono
(cuerdo, no funciono),
yazgo quieto y sin inspiración,
como un rubí doblado.

Es que contigo a mi lado,
ya no te busco en la madera
ni te intuyo con el nylon,
y camino cabizbajo hacia la carne de la carne,
en busca del mueble del bosque.

El castigo de tu cariño
ha sido un puente
hacia la pobreza de mi espíritu,
hacia el aburrido Lado Liso, donde nada me conmueve
¡Oh tu! Novia 299...
  
(“Los Arrebatos del Epígrafo”)


  

3
La jugada de la Permanentadora de Pestañas



Ella ha transmutado tu mirada,
tiñéndola de lanzas negras que me inhiben,
me ahuyentan en bríos y sospechas de lo ajeno.

Tu belleza es ahora peligrosa,
y el otrora
dulce sudor de tus ojos
se ha escondido en un frío armazón
de brillos torpes e impropios.

Ahora te amo como a una mancha, como a una foto. No te amo.

Sin embargo ella,
-la diestra Permanentadora de Pestañas-
te ha embarcado en su juego de lustros,
manipulándote como a una gacela...
¡y yo he sido arrebatado por su guiño!
  
(“Los Arrebatos del Epígrafo”)



4
Lienzo cacatúa



El viejo corta su lengua con
una tijera de jabón, ahora
sus principios están enredados
en la sangre al suelo, volátil
que asemeja whisky perjuro
sangre del Señor concentrada a
pensamiento de muslo, cacatúa
brotada inútil tras la silueta piramidal
entrecortada en la especie
a través del tiempo erradicado en el culto, cacatúa,
en las lenguas muertas, en la tierra, en la cruz
y es triste verlo lamer la ortiga
pintar el cuadro con el color y la nada,
pasar índice con dedo caracol y ya no es
premio reunir intenciones que mueren o no
y colman el espacio mortificando el tiempo insurgente.
  
(INÉDITO. “Los Arrebatos del Epígrafo”)

 

© Juan Ramón Ortiz Galeano